NO PEQUES MÁS

Pastor Rodrigo Soto

Introducción

Muchas veces cargamos con situaciones en nuestra vida que parecen interminables: problemas que se repiten, limitaciones que nos frenan, heridas que no sanan. Tal vez, como el hombre paralítico de Juan 5, llevamos años esperando un milagro, creyendo que un día “llegará nuestro turno”.

Pero la verdad es que Jesús ya vino a nuestro encuentro. El mismo Dios que restauró a aquel hombre quiere hoy restaurar tu vida.

Desarrollo

El hombre del estanque

“Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.”

Juan 5:5

Este hombre dependía de otros para todo. Su vida estaba marcada por la frustración de no poder valerse por sí mismo.
No podía moverse, y eso lo convertía en una carga para quienes lo rodeaban.

Lo impresionante es que siempre estaba allí, esperando. Aunque sabía que nunca llegaría primero al estanque cuando el ángel movía las aguas, no se apartaba del lugar de esperanza.

A veces creemos que Dios no puede hablarnos entre tanta multitud o en medio de tantos problemas, pero Él sí puede, y lo hará.

 

Tu turno llego

El paralítico pensaba que debía llegar primero al estanque para ser sanado, pero un día todo cambió:

Jesús vino a él. No tuvo que correr ni competir; el milagro lo alcanzó en su lugar de dolor. Hoy también Dios pone sus ojos sobre ti y te hace la misma pregunta:

“¿Quieres ser sano? ¿Quieres ser libre?”

El Señor no restaura a quien no quiere ser restaurado. Él respeta tu decisión, pero te abre una puerta: cambiar actitudes, dejar atrás viejas cadenas y comenzar de nuevo.

 

El poder de una palabra

“Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda.”

Juan 5:8

Con una sola palabra, la vida de aquel hombre cambió para siempre. Fue un milagro discreto, pero poderoso. No hubo espectáculo, sino un acto íntimo de amor y restauración.

Desde ese día, comenzó una nueva temporada en su vida.

Así también, Dios quiere declarar sobre ti: “Levántate, comienza una nueva etapa, deja atrás tu parálisis espiritual.”

 

Gratitud y permanencia

“Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor.”

Juan 5:14

Este hombre no solo recibió el milagro, sino que volvió al templo. Mostró gratitud.

Muchos buscan a Dios solo cuando tienen problemas, pero luego se olvidan de Él.
Jesús nos recuerda que la verdadera sanidad no es solo física, sino también espiritual: “No peques más.”

Conclusión

No te acostumbres al dolor, no te resignes a la parálisis, no uses a Dios como un remedio pasajero.

CONECTADOS EN CRISTO ES VIDA.

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