¿Cuántos han tenido que defender cosas pequeñas en la vida? Hoy te vengo a hablar de esas batallas que parecen absurdas, pero que en lo espiritual tienen un valor eterno. Vamos a la historia de Sama, un valiente que peleó por un terreno pequeño de lentejas. Lo que parecía insignificante, Dios lo convirtió en una gran victoria.
📖 Texto base: 2 Samuel 23:11–12
“Después de este fue Sama… donde había un pequeño terreno lleno de lentejas… él se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos, y Jehová dio una gran victoria.”
Un solo hombre peleando contra todo un ejército
Un terreno pequeño con porotos (lentejas)
Todos huyeron, pero Sama se quedó
Pero Sama entendió algo que el resto no vio: no peleaba por el valor de lo que defendía, sino por su significado espiritual. ¡Era el terreno que Dios le había entregado!
Porque el valor real de las cosas está en su procedencia
No peleo por lo que cuesta, sino por quién me lo entregó.
Si Dios me lo dio, no permito que Satanás me lo robe.
Porque un día rendiré cuentas por todo lo que se me confió
Dios no premia resultados, premia fidelidad.
Como Jesús dijo: “de todo lo que me diste, no perdí nada”.
Porque si le cedo un centímetro al enemigo, lo tomará todo
Efesios 4:27: “No deis lugar al diablo”
Una pequeña concesión abre la puerta a una gran derrota
Porque las pequeñas batallas están conectadas con grandes victorias
Toda batalla aparentemente “absurda” que peleo hoy, construye la victoria del mañana.
Dios no usa nuestras grandes fuerzas, usa nuestra obediencia constante.
Porque lo espiritual no se evalúa con ojos naturales
A los ojos del mundo, venir a la iglesia un miércoles es absurdo.
Pero yo no peleo con lógica humana, yo peleo en obediencia al Cielo.
Porque lo que Dios me dio no está a la venta
Como Nabot, prefiero morir que entregar la heredad que me dejó mi padre.
Porque Satanás no puede ganar
Este es el objetivo de cada pelea espiritual: que Satanás no gane.
Si yo no lucho por lo que Dios me dio, ¿quién lo hará?
Levántate como Sama. No huyas cuando el terreno parezca pequeño. No dejes de orar por ese hijo, ese matrimonio, ese negocio que Dios te entregó. Puede que parezca absurdo a los ojos humanos, pero es lo que el cielo está esperando que defiendas. Pelea por lo que Dios te dio, porque cada poroto tiene propósito cuando viene de Su mano.
🙏🏼 Cierra con esta declaración:
“Voy a pelear por todo lo que el Señor me entregó. No me importa si parece pequeño, absurdo o insignificante. ¡Satanás no ganará en mi vida, en mi casa ni en mi propósito! Mientras haya aliento en mí, ¡yo seguiré peleando!”
Social Chat is free, download and try it now here!